Nuestra Misión
Cumplir la voluntad de Dios
Desde la conversión personal a Dios por Cristo y en el Espíritu Santo, desde la experiencia de salvación personal, palpable y experimentable, Dios se constituye en el centro de nuestra vida, nuestra opción preferencial, nuestra referencia prioritaria. Al igual que su Hijo, Cristo el Señor, aquí estamos para cumplir su voluntad.Constituirse en una nueva sociedad
Estamos en el mundo sin ser del mundo. Nuestros criterios y nuestros valores están referenciados a la Palabra de Dios y al magisterio de la Iglesia. Ello configura una cultura nueva, un nuevo estilo de vida. Nos sabemos en territorio pagano, y a veces, hostil, pero no renunciamos a nuestra cultura cristiana, sino todo lo contrario, entendemos que nuestra misión nos lleva a ser luz, sal y fermento en medio de esa realidad pagana, asumiendo el mismo coste que el Señor: padecer por la extensión del Reino. Somos como los fuertes americanos que fueron imprescindibles en la conquista del oeste americano; como los castillos de la España medieval. Y todas estas realidades unidas forman el baluarte universal que es la Espada del Espíritu.Trabajar por la extensión del Reino de Dios en la Tierra
La implantación de la nueva sociedad va haciendo que se extienda el Reino de Dios. Un elemento clave para ello es la evangelización, es decir, el anuncio directo de la salvación que Dios ofrece a los hombres por medio de Jesucristo, el Hijo de Dios, muerto y resucitado, en el poder del Espíritu Santo, y la invitación a los seres humanos a acoger la gracia de esa salvación mediante la conversión personal a Cristo y la plenitud del Espíritu Santo.Entendemos esta evangelización como muy necesaria en nuestros días, pues la herencia cristiana de nuestra sociedad actual, se ha visto difuminada por un cristianismo sociológico, de costumbres y convenciones sociales, antes que de una auténtica conversión a Cristo y a la vida del Reino.